Una de mis hijas está en el colegio, la mayor empezó la universidad, mi señora tiene inmobiliaria, y tampoco estoy tan lejos, son 330 kilómetros de San Miguel a San Salvador. Quiero empoderar a los atletas, ensalzar su figura, darles más herramientas para que aprovechen cada una de sus etapas, la competitiva y la post, que es muy importante también.