La idea es que durante todo el tiempo que se celebre la fiesta se vayan explotando globos y haciendo las preguntas que contesta el globo a la novia. Las paredes están repletas de estantes que sufren el enorme peso de la colección. Después de que las vea la novia deberá ir averiguando que las ha traído. En cada caso ella podrá decidir si responde a las preguntas o se toma un chupito.