El triunfo contra Yugoslavia clasificó a Brasil para disputar esa liguilla final como campeón de su grupo. Se da a entender que Brasil batió a Yugoslavia en semifinales dando paso al decisivo partido contra Uruguay, pero como es sabido y se recalca en el post, en este mundial no hubo semifinales sino una liguilla final entre los cuatro mejores. Si se puede sacar una moraleja de esta historia es que «fútbol es fútbol», no dejan de ser 22 señores dándole patadas a un balón, y que hay que tomarse las cosas con más filosofía.