La imagen lo habría perseguido para siempre en este tiempo que nunca creyó que viviría en su casa. A partir del escudo, recoloreado para la ocasión, surge un estampado de círculos que cubren toda la camiseta. Justo al lado del nombre de la marca. Cada córner del Atlético era coreado por su afición como medio gol, a la inglesa. En Lisboa, un hombre abatido por un momento eterno, pero el destino no fue tan cruel con el portero como con el Atlético.